lunes, 25 de junio de 2012

Sexo, política y mentiras, en una novela sobre los peligros del liberalismo salvaje (III)




Victoria es maravillosa como mujer, pero en las relaciones con sus amantes no hay amor ni sentimientos, solo hay juego y borrachera de sensaciones, en las finanzas se funciona igual, lo que prima es lograr más y más dinero, sin ninguna conciencia política" ha señalado Reinhardt. Pero, esa conciencia política si la tiene el personaje de David, que es una especie de avatar del propio Reinhardt “Tiene muchas cosas de mí”. Así, David, que está casado con su primera novia y ya es padre de dos niñas, su procedencia es de la clase media, como es su caso, que, aunque está muy bien situado, lleva sobre su espalda un gran peso, que le está agotando, desde un punto de vista físico, mental y psicológico. A esta clase de directivos es a los que los accionistas suelen presionar más, para poder conseguir mayores márgenes de beneficio, exprimir toda su energía y su fuerza vital. Es lo que caracteriza a la frialdad del ultraliberalismo. Pero, Victoria, por su parte, representa otra casta, a los altos ejecutivos, que poseen una visión, sobre la realidad, que es diferente, que viven con gran rapidez, con un desplazamiento continuo, que hacen varias cosas a la vez, que no se dejan atrapar por el compromiso, que van más rápido, que son más oportunistas y que suelen evolucionar hacia el discurso.  
Foto: fuente

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