miércoles, 28 de marzo de 2012

Temas en la obra de Lovecraft


A lo largo de las historias de Lovecraft podemos descubrir que se repiten una serie de temas, como son:
-El conocimiento prohibido. Los protagonistas de sus obras siempre son conducidos a la unión de esos conocimientos disociados y, de esta manera, comienzan muchas de sus historias. Cuando esto tiene lugar, la mente del protagonista o investigador, queda destruida, en la mayoría de los casos, a causa de lo enorme del hecho que han descubierto, ya que es incapaz de poder asimilar toda esta gran cantidad de conocimientos. Y, aquellos que se cruzan con manifestaciones “más vivas” lo aquello que no entienden, acaban volviéndose locos. Y, aquellas personas que intentan emplear este nuevo conocimiento, acaban siendo condenados. En ocasiones, todo el trabajo que realizan acaba llamando la atención de seres malévolos y, en algunas ocasiones, son aniquilados por monstruos, que ellos mismo han creado.
-Las influencias de los extraterrestre, en la humanidad. Los seres de la conocida como “Los mitos de Lovecraft”, en muchas ocasiones, emplean a los propios humanos. Cthulhu, por poner un ejemplo, es venerado bajo varios nombres por diversos cultos, que hay alrededor del mundo, como pueden ser los esquimales de Groenlandia y por los practicantes de Vudú de Luisiana. Los adoradores son empleados, por el propio Lovecraft, como hilo conductor de sus historias. Incluso, en ocasiones, intervienen, de manera directa, dentro de la acción. La mayor parte de los seres de Los Mitos son muy poderosos, lo que hace que sea difícil que puedan ser derrotados por los humanos y si se conocen, de manera directa, puede provocar que la víctima se pueda volver loca.
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El trabajo de Lovecraft (III)


Lovecraft creó un mundo oscuro, el Mito de Cthulhu, un panteón formado por deidades alienígenas, de origen extraterrestre y horrorosas, que se alimentaban de los hombres, que poseían trazos de antiguos mitos o leyends. Sus historias crearon algunos de los elementos de mayor influencia, dentro del género del horror, como era el Necronomicón, el escrito secreto de Abdul Alhazred. El impacto y la fuerza, que le dio a la idea de mito, demostró que su trabajo estaba basado en mitos preexistentes y en creencias ocultistas. Su prosa se caracterízaba por ser anticuada y por emplear un vocabulario arcaico, con una ortografía en desuso, como emplear adjetivos, cuyo uso era extraño -como podían ser gibosa, ciclópeo o atávico) e intentos de transcripción, de diferentes dialectos, que eran vistos como imprecisos. En su trabajo, podemos descubrir muestras de un inglés británico, gracias a la escritura anacrónica. Tambíén, fue un autor prolífico de cartas. A lo largo de su vida escribió miles de ellas, aunque no se sabe muy bien cuantas. Incluso, L. Sprague de Camp llegó a calcular unas 100.000.
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El trabajo de Lovecraft (II)


Muchas de las pesadillas que el escritor sufrió, le sirvieron como inspiración, de manera directa, de su trabajo, y es una visión directa de su inconsciente y del simbolismo, que explicaba el gran revuelo que le rodeada y su gran popularidad. Sentía un gran aprecio por el trabajo realizado por Edgar Allan Poe, quien tuvo una gran influencia en sus primera historias, a través de una atmósfera macabra y con miedos ocultos, que acechaban en el medio de la oscuridad. Gracias al descubrimiento de las obras de Edward Plunkett, Lord Dunsany, hizo que su literatura llegara hasta un nuevo nivel, lo que hizo que su serie de fantasías cogían sitio en el mundo de los sueños. Fue, tal vez, por la influencia de Arthur Machen, con sus grandes cuentos sobre la supervivencia del mal antiguo y por sus creencias místicas, en misterios ocultos, que estaban detrás de la realidad, que ayudaron a que Lovecraft se pudiera inspirar y se encontrase, a sí mismo, a partir de 1923. Otra inspiración, en sus novelas, vino de los avances de la ciencia, como eran las áreas de la biología, geología, astronomía y física, que hacían que el ser humano parecía insignificante, impotente y que estaba condenado a sufrir un universo mecánico y materialista, ya que era un pequeño punto dentro de la gran dimensión del cosmos. Y, por supuesto, sus ideas ateas se notaban en sus obras.
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El trabajo de Lovecraft


Lovecraft logró ser sinónimo de ficción de terror. Sus escritos, sobre todo, los Mitos de Cthulhu, han influido en una gran cantidad de autores de ficción, en todo el mundo y han dejado su influencia en novelas, música, videojuegos, cómics, películas y dibujos animados. Algunos de los escritores modernos, que han reconocido haber sido influenciados por el escritor, han sido Joe R. Lansdale, Stephen King, Bentley Little, por nombrar a unos pocos. Pero, durante su época, Lovecraft era un autor “desconocido”. Muchas de sus historias fueron publicadas como Weird Tales, pero la mayor parte de sus seguidores no sabían quién era el verdadero autor. Algunos de sus escritores, que eran considerados amigos y seguidores del autor, conformaron el “Círculo de Lovecraft”, ya que empleaban elementos de las historias creadas por Lovecraft -que eran libros misteriosos, que tenían nombres inquietantes, panteones formados por dioses extraterrestres, como eran Cthulthu y Azathoth, y lugares inexistentes como eran Miskatonic y Arkham- para poder usarlos en sus propias obras, con la bendición de Lovecraft. Gracias al esfuerzo de este círculo, el nombre y las historias firmadas por Lovecraft no acabaron en el olvido. Tras la muerte del autor, el Círculo de Lovecraft siguió ayudando a que la leyenda continuase. El más importante, en esta tarea, fue August Derleth, además de ampliar y extender la visión que tenía Lovecraft, sobre la vida. Sus obras se han clasificado en tres categorías, según palabras de los críticos:
-Historias macabras (c. 1905–1920)
-Historias del Ciclo del Sueño (c. 1920–1927)
-Los Mitos de Cthulhu / Lovecraft (c. 1925–1935)
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Lovecraft, el autor del terror (X)


En sus últimas obras, nos encontramos con una mayor longitud y más complejidad, lo que hacía que fuera muy difícil la venta de las mismas, lo que hizo que tuviera que verse obligado, a causa de su situación económica, a trabajar como revisor o como escritor fantasma. También, realiza poesía y otro tipo de estilos literarios. En los últimos años de su vida, su salud estaba muy débil, a causa de su naturaleza enfermiza y por su desnutrición. Sus últimos años de vida, en sus cartas, se puede constatar las alusiones a los malestares y a sus dolencias. Con 46 años de edad, en febrero de 1937, es ingresado en el hospital Jane Brown Memorial, de Providence. Allí murió el 15 de marzo de 1937, a causa de un cáncer intestinal complicado que se conocía como enfermedad de Bright. Se enterró en el panteón de su abuelo Phillips, en el cementerio de Swan Point. Aunque no hay lápida que señale su tumba, su nombre está inscrito en una columna central.
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Lovecraft, el autor del terror (IX)


En esta nueva etapa en Providence, el escritor se ve superado por la soledad y la frustración, unido a una enorme sensación de fracaso, que le rodeaba, en su día a día. Empieza a disfrutar de largos paseos, durante la noche, que van a repercutir en su hundimiento personal y van a crear, en él, na esfera de miedos, que es casi invisible, que nunca va a ser capaz de superar, aunque, de manera paralela, inicia su momento de esplendor, como escritor, ya que escribe la mayor parte de sus obras de importancia, como son La llamada de Cthulhu (1926); En las montañas de la locura (1931) o El caso de Charles Dexter Ward, que se publicó en la revista Weird Tales. En esos años establece amistad con otros escritores jóvenes, como Donald Wandrei, August Derleth o Robert Bloch, además de empezar a mostrar preocupación por las condiciones políticas y económicas, que rodean a su país. Durante la Gran Depresión, mostró todo su apoyo a Roosevelt y se convirtió al socialismo, eso sí, moderado. Al mismo tiempo, seguía estudiando, desde filosofía, literatura o historia de la arquitectura. Sus últimos años fueron muy duros, ya que a pesar del duro trabajo y sus esfuerzos, por ser un escritor respetado, se encontró con la pobreza, de frente. La muerte de su amigo íntimo, Robert E. Woward, el 11 de junio de 1936, que se suicidó, lo dejó muy desconcertado y con una profunda tristeza.
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Lovecraft, el autor del terror (VIII)


El escritor se enamoró de la ciudad de Nueva York, pero la pareja no tardó en sufrir problemas económicos, ya que Sonia perdió su tienda de sombreros y empezó a tener problemas de salud, que eran bastante importantes. Lovecraft no era capaz de encontrar un empleo, por lo que su mujer se tuvo que ir a Cleveland, para poder buscar un nuevo trabajo y Lovercraft se marchó al barrio de Red Hook, en Brooklyn, donde inició a sentir un profundo odio por la vida de la ciudad neoyorkina. Y, es que se encontró con una realidad que no le gustaba, ya que no podía mantener un trabajo, en un lugar donde la mayor parte de la población era inmigrante, lo que hizo que entrara en un conflicto, que parecía no tener solución, ya que consideraba que tenía privilegios, por ser anglosajón y sus ideas racistas aumentaron hasta dar miedo. En el año 1926, Sonia y Lovecraft decidieron separarse, eso sí, con un divorcio amigable, donde él alegó "las grandes divergencias entre ambos y los problemas económicos" , aunque el divorcio nunca llegó a hacerse efectivo. Incluso, muchos biógrafos dicen que, detrás de su fracaso sentimental, estaba la condición de que Lovecraft fuera asexual, a pesar de que su mujer lo describió como un amante excelente y adecuado. El escrito volvió a Providence, el 17 de abril de 1927, y se fue a vivir con sus tías, a una espaciosa y marrón casa, de claro estilo victoriano.
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Lovecraft, el autor del terror (VII)


A causa de la muerte de su madre y la pérdida de la fortuna de la familia, en el año 1921, provocó que tuviera que abandonar su idea de dedicar su vida a la escritura, obligándole a tener que trabajar en pequeños empleos, que en la mayor parte de los casos era retocar los escritos, que realizaban otros autores, que tenían menos cualidades para poder escribir. Gracias a esto, conoció a los miembros de lo que él llamaba como “Círculo de Lovecraft”, entre los que nos encontramos a Clark Ashton Smith, Robert W. Howard, August Derleth, Robert Bloch o Frank Belknap Long. Para los escritores y amigos, que lo conocían, tenía una personalidad muy diferente, de la que transmitía a través de las cartas, a la que enfocaba, cuando lo tenían en persona. Era definido como una persona entusiasta, generosa, muy creativo y con una gran inteligencia... pero, también, era una persona muy racista, hasta el día en que se murió. En 1924, conoció a Sonia Greene, durante una convención de periodistas aficionados, en la ciudad de Boston, con la que se casaría. No fue una boda bien vista por su familia, ya que era siete años mayor que él, poseía ancestros judíos, que procedían de Ucranía, era comerciante y tenía una tienda de sombreros, además de ser empleada en el United Amateur Press Association. Ambos se fueron a vivir al municipio de Brooklyn, que estaba en la ciudad de Nueva York.
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Lovecraft, el autor del terror (VI)


El escritor empieza a tener admiradores como eran Robert Bloch, Robert E. Howard -el creador de Conan el Bárbaro- o Clark Ashton Smith. Gracias a la extensión y frecuencia de sus cartas, estamos ante uno de los mejores escritores de este siglo. En 1921, tendrá que hacer frente a otro momento muy duro, como fue la muerte de su madre, tras una larga enfermedad. En ese momento, el escritor tenía 31 años de edad. Muchos expertos culpan a su madre de los extraños comportamientos del escrito y que fuera un hombre, con una existencia bastante extravagante, ya que su madre, tras la muerte de su marido, descargó sobre su hijo todas las frustraciones, que eran típicas de una familia burguesa, que estaba venida a menos, sobreprotegiéndo a su hijo, de una manera exagerada y tratándolo como si fuera lo único, que tenía en el mundo, lo que favoreció que el escritor sufriera una serie de características en su personalidad, que iban a condicionar el resto de su vida. Así, el escritor prefería tener relaciones con su entorno, que era muy cerrado, por la seguridad que ello le otorgaba, a tener relación con un entorno social, que era más amplio y desconocido, ya que no era capaz de controlar este tipo de actos, a causa de su déficit, dentro de las habilidades sociales, a causa de una deficiente educación, durante su infancia y adolescencia.
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Lovecraft, el autor del terror (V)


Lovecraft volvió a la escuela secundaria, pero abandonó la escuela, de manera definitiva, tras dos años y medio. En el año 1904, tiene lugar un hecho que le afectó, de manera muy seria, que fue el fallecimiento de su abuelo materno, cuando tenía 14 años de edad. La mala gestión de todas las propiedades y del dinero de la familia dejó a toda la familia, en una situación bastante complicada, lo que hizo que, incluso, se vieran obligados a tener que cambiar de casa. Lovecraft estaba tan afectado por todo lo anterior y por la muerte de su abuelo, que llegó a pensar en el suicidio. A causa de no poder estudiar la carrera que quería, que era astronomía, a causa de que las matemáticas no se le daban bien, provocó que él sintiera vergüenza y una gran desilusión, hasta el momento en que falleció. Aunque su manera de pensar estaba unida al racionalismo empirista, a Lovecraft le llamaba la atención la literatura imaginativa, que estaba muy influenciada por su escepticismo; vivía encerrado en el pesimismo de la sociedad y pensaba que el “pensamiento humano es el espectáculo más divertido y más desalentador de la Tierra”. Lovecraft, desde el año 1908 hasta 1913, se concentró en la poesía y en la escritura de relatos de ficción, mientras vivía como un ermitaño, sin tener relación con el mundo, con la única excepción de su madre. En aquella época se inició su enfrentamiento con un popular de la época, como era Fred Jackson.
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Lovecraft, el autor del terror (IV)


Lovecraft tenía un gran apoyo en su abuelo, que le alentaba, en todo momento, a la lectura, y esta era una de sus aficiones favoritas y no tardó mucho tiempo en descubrir la gran biblioteca de su abuelo. Entre los libros que descubrió, tenemos una versión de La Ilíada, para niños, el paganismo grecolatino y Las mil y una noches, cuando era un niño, aunque, también, sorprende que con 5 años de edad, se declaró ateo, convicción que mantuvo hasta los últimos días de su vida. Todo esto hizo que su imaginación se desarrollase, de una manera muy rápida, si se compara con el resto de los chicos, de su misma edad, lo que hizo que tuviera serios problemas, para poder adaptarse con otros niños, que eran de su misma edad. Cuando los niños querían jugar con espadas o con juegos que implicaban el físico, él prefería otro tipo de juegos, que eran más pausados e imaginativos, como podrían ser las representaciones históricas. Otro dato importante, que le marcó, a lo largo de su vida, fue que, a causa de su falta de perseverancia y de salud, no pudo ir al colegio, hasta que cumplió los ocho años de edad y sólo duró un año, en el colegio. Eso sí, durante las etapas de absentismo laboral, leía sin parar. Llegó a tener unos grandes conocimientos en química y astronomía, lo que hacía que pudiera escribir en algunas revistas, de tipo científico.
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Lovecraft, el autor del terror (III)


Desde el momento en que su padre fue incapacitado, de forma legal, y durante cinco años, estuvo ingresado en varias ocasiones, en distintos hospitales, donde falleció el 19 de julio de 1898, con el diagnóstico de sufrir paresia general, que es una fase terminal de la neurosífilis. Algunos estudiosos del escritor dicen que a Lovecraft, cuando era niño, le dijeron que el padre estaba paralizado y en estado cromatoso, durante esos años. Pero, todas estas evidencias pueden demostrar que no fue así.
Con el fallecimiento del padre de Lovecraft, la educación del niño fue completamente trabajo de su madre, sus dos tías y de su abuelo materno, que fue una figura primordial, a lo largo de toda su vida, que fue un importante empresario, que era Whipple Van Buren Phillips. Todos estos momentos de la familia vivían en la misma casa, lo que hacía que tuvieran una relación muy cercana. Lovecraft fue un niño prodigio, ya que con tan sólo dos años ya recitaba poesía, con tres leía y empezó a escribir, cuando sólo tenía entre seis y siete años de edad. Uno de los géneros que más le gustaba, desde su infancia, eran las novelas policíacas, lo que hizo que, con 13 años de edad, creara la “Agencia de detectives de Providence”. A los 15 años de edad, escribió su primera obra, La bestia en la cueva, que estaba basado en los cuentos de terror góticos. Cuando tenía 16 años de edad, ya escribía una columna de astronomía para el “Providence Tribune”.
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Lovecraft, el autor del terror (II)


Su línea, por parte de su padre, era de origen británico y Lovecraft llegó a descubrir que su apellido procede del siglo XV. A Lovecraft, desde que era pequeño, le gustaba visitar parajes extraños y que estuvieran apartados, para poder dar rienda suelta a toda su imaginación, que era desbordante. En estos lugares (que podían ser cuevas, arboledas lejos de las viviendas...) solía recrear situaciones históricas o se dejaba llevar por la observación de los pequeños detalles que, para el resto de las personas, podrían parecer inadvertidos, pero todo eso fascinaba al propio Lovecraft: le gustaba pararse a escuchar a las hadas del bosque o poder imaginar lo que podría suceder, dentro del espacio exterior. Una de las razones por las que les gustaba evadirse del mundo en el que le tocó vivir, podría ser, por las ataduras bajo las que le sometía su propia madre, que le repetía que él no debía jugar con otros niños, ya que eran de menor categoría, o diciéndole, una y otra vez, que él era muy feo y nunca llegaría a ser alguien en la vida. Un hecho que le marcó fue que, cuando tenía tres años de edad, su padre sufrió una crisis nerviosa, en una habitación de un hotel de Chicago, donde se podría encontrar alojado, por algún tipo de motivo de trabajo, y le ingresaron en el Butler Hospital, en el Centro Psiquiátrico de Providence y, desde ese momento, se le incapacitó, de manera legal, a causa de una serie de trastornos de índole neurológica.
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Lovecraft, el autor del terror


Su nombre completo era Howard Phillips Lovecraft y pasó a la historia por ser uno de los mejores escritores de novelas y relatos de terror y de ciencia ficción. Nació en Providence, en Estados Unidos, el 20 de agosto de 1890 y falleció, en el mismo lugar, el 15 de marzo de 1937. es considerado uno de los grandes innovadores, dentro de lo cuento del terror se refiere, ya que aportó una mitología, que él mismo creó -los mitos de Cthulhu, por ejemplo-, que fue desarrollado por otros autores y que, hoy en día, sigue vigente. Su obra es un clásico del terror cósmico materialista, una corriente que se suele apartar de la temática más tradicional del terror sobrenatural (donde encontramos fantasmas, satanismo...), eso sí, incorporando elementos de ciencia ficción (como pueden ser las razas alienígenas, los viajes en el tiempo, la existencia de otros tipos de dimensiones). A lo largo de su carrera, también, cultivó el ensayo, la literatura epistolar y la poesía. El escritor procedía de una familia reconocida: dentro de su línea materna, los Phillips, estaban vinculados a el “Mayflower”, ya que los antepasados de su madre llegaban hasta la llegada de George Phillips a la ciudad de Massachusetts, en el año 1630. Cuando el escritor visitó algunas de las tierras que pertenecían a sus antepasados, en la zona este del estado de Rhode Island, el nombre de Phillips era visto con cariño y con respeto.
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Se publican los e-books de la saga de Harry Potter


Los siete títulos que forman la exitosa saga de Harry Potter, que ha sido creada por J.K. Rowling, ya han salido a la venta en formado electrónico, por primera vez, a través de la plataforma web Pottermore, que ha creado la propia autora para poder compartir material inédito, entre los seguidores del popular mago. En estos momentos, estos siete títulos sólo se podrán adquirir en inglés, aunque, en muy poco tiempo, tendremos las versiones en francés, alemán, italiano o español, que podremos adquirir en un gran número de dispositivos, entre los que tenemos los libros electrónicos, teléfonos móviles o tabletas. Gracias a vender, de manera directa, sus obras a los lectores, Rowling deja de lado la gran librería electrónica del Kindle de Amazon y otras empresas minoristas, dentro del sector digital, que son rivales, como son iTunes. De esta manera, Rowling es una de las pocas figuras de la literatura, que se ha reservado los derechos, para poder llevar a cabo la explotación digital de sus libros. Hay que recordar que los libros electrónicos han aumentado, sólo durante el mes de abril, un 19%. En total un 158% más, que hace un año. Eso sí, los autores que quieran hacer lo mismo que Rowling, lo van a tener difícil, a causa de las complejas reglas que impone Apple o Amazon, para llevar a cabo las ediciones electrónicas. Además, las empresas recuerdan que adaptar un libro electrónico comprado, a través de un portal externo para su lectura, a través de otro dispositivo, puede tener una serie de dificultades técnicas.
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”Claraboya”, la novela que José Saramago no quería publicar


Claraboya, es una novela que se escribió en el año 1953, por el premio Nobel José Saramago, y que ha visto la luz, 60 años después de su creación. La viuda del escritor, Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago, ha presentado la novela que su marido escribió a la edad de 31 años de edad y que envió a un editorial,en el año 1953, que no le respondió hasta 40 años después. Según relata Del Río, "No quería que hubiera copias circulando, y se fue muy rápido (a la editorial) para que no hicieran fotocopias, cosa absurda, porque si hubiesen querido, las podrían haber hecho unos días antes" . Él no quiso que se llegara a publicar, mientras él viviese, por que le dolía la humillación de haber tardado 40 años en recibir respuesta.
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lunes, 12 de marzo de 2012

Los habitantes de los planetas de El principito


Cada habitante que podemos encontrar en un planeta de la interesante ruta, que lleva a cabo el Principito, simbolizan algo:
-El rey: va a simbolizar la autoridad, pero lo que nos quiere expresar es que no tienes por qué hacer lo que nos diga una persona, no hay por qué cumplir con todo lo que nos ordenan, nadie posee autoridad sobre cada uno de nosotros, por muy majestad que sea. La última voluntad de hacer o no hacer una acción es nuestra. La autoridad de una persona dura lo mismo que dura la sumisión de los demás. También, se piensa que simboliza la “Ambición del Poder”, pero estamos ante un Poder racional, ya que va a ordenar hacer las cosas, que tendríamos que hacer de igual manera.
-El vanidoso: simboliza la vanidad y el egoísmo, que caracteriza al hombre. Encarna el deseo de reconocimiento y de admiración, por parte de la sociedad. La vanidad es un defecto que tienen todos los seres humanos, ya que deseamos ser más, sentirnos mejores que los demás y, como dice el propio principito ¿para qué te sirve? En resumen, las personas que realmente valen la pena son muy escasas.
-El borracho: va a ser el símbolo de la falta de fuerza de voluntad y de superación humana. El borracho debe beber para poder olvidar que tiene vergüenza de beber. Estamos ante un círculo cerrado, que nos muestra como un problema puede llevar al personaje, hasta un callejón sin salida, si no ponemos fuerza de voluntad para poder superarlo.
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Los personajes en El Principito (III)


Seguimos hablando de algunos de los personajes que podemos encontrar en el clásico de El Principito.
-La caja. Es una alusión a algo que los adultos dejan de usar, que es la imaginación.
-los baobabs: Son los problemas, que hay que solucionar antes de que se hagan demasiado complicados. Hay que tener disciplina; pero, también, debemos tener cuidado, para poder saber lo que es bueno y lo que es malo y saber actuar teniendo en cuenta las consecuencias.
-Los volcanes. Simbolizan las tareas, que debemos hacer en nuestro día a día, cosas que debemos hacer, para lograr que todo vaya bien, y hay que llevarlo a cabo, aunque no nos guste mucho, o sea, se vuelve a tocar el tema de la disciplina.
- El fanal o globo: simboliza la protección, los celos y/ los mimos y cuidados que hay que ofrecer a la “Rosa”, para que esta se sienta realmente querida y protegida, aunque, en realidad, no los necesita.
-El Zorro. Estamos ante un personaje medular dentro de la novela, quien nos muestra la esencia de la amistad, con sus dificultades y sus costes.
Como vemos, cada personaje simboliza algo importante en la vida.
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Los personajes en El Principito (II)


Continuamos hablando de algunos de los personajes más importantes de la obra “El principito”:
-El cordero: es un personaje que, en un primer momento, parece de poca importancia; pero, posee una gran carga simbólica. Es un amigo que le va a ayudar a la hora de librarse de los problemas que puedan aparecer o que pueda tener, pero, como pasa en la vida real, un amigo puede ponerse en nuestra contra y hacernos daño.
-La Rosa. Es un personaje que nos va a poner de manifiesto el amor que siente el principito. La Rosa no es una flor cualquiera, es el amor. Se describe espléndida, magnífica entre cualquier flor, es única en su planeta. Es cierto que hubo otras, pero, en este caso, estamos ante la única que logró florecer y perdurar, o sea, estamos ante la metáfora de una mujer que se llegó a amar, que se quedó en el corazón de un hombre. Es bonita, huele muy bien, perfecta y con muchas imperfecciones, al mismo tiempo. Eso sí, es frágil y tenemos que cuidarla, darle mimos, estar atento a ella. Por otro lado, es vanidosa, mentirosa, egoísta y orgullosa. Pero, a pesar de todo, es una flor diferente al resto. Logra poner de manifiesto la inocencia que caracteriza al principito, su falta de experiencia. Es la causante de que el Principito decida irse de su planeta, por que le provoca una gran confusión, ante su manera de actuar o de decir las cosas.
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Los personajes en El Principito


A lo largo del relato nos encontramos con una serie de personajes:
-El Principito: Es el personaje más importante de la historia, ya que la trama se basa en él. Es un niño que va a viajar, de planeta en planeta, haciendo preguntas sobre cosas que se dan por hechas, y que no parecen interesar a nadie. Vive en un planeta, que es pequeño, que es como si fuera su propia vida, como el resto de planetas son vistos como las vidas de otras personas. El hecho de que este planeta sea tan pequeño, indica que, en él, todavía hay muchas cosas por vivir y por aprender.
-El narrador: o sea, el coprotagonista, es un adulto que busca razonar y actuar como si fuera un niño; pero, en realidad, no lo es, ya que intenta recuperar lo que ha perdido. Sin duda, el coprotagonista es nuestra propia imagen, nuestro reflejo en medio de la historia, el personaje que se ocupa en representarnos y que nos va a permitir ver las cosas, como en realidad las podemos ver, cuando crítica a las personas adultas con frases como : <> . Por las características que lo describen, se identifica con el propio autor. O sea, el autor y el narrador son la misma persona.
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El Principito, un clásico de la literatura (III)


La historia se inicia con una crítica, llena de sarcasmo, sobre las cosas importantes de la vida y sobre los adultos, cómo se llega a condicionar a los más pequeños y se les conduce, por lo que se considera como “camino correcto”. Una de las frases, que mejor ejemplifica dicha crítica es: : "La geografía, en efecto, me ha servido de mucho; a primera vista podría distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche". Dichas críticas, sobre las cosas importantes, van a ir apareciendo a lo largo de todo el libro.
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El Principito, un clásico de la literatura (II)


El Principito reside en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en que se encuentran tres volcanes -dos están en activo y uno no- y una rosa. Sus días pasan cuidando de su planeta y quitando los árboles baobab, que intentan echar raíces en esas tierras, de manera constante. Si estos árboles acabaran creciendo, el planeta acabaría partiéndose en pedazos. A causa de los reproches y de los reclamos que le causa la rosa, decide abandonar su planeta, para poder conocer otros mundos. Aprovechar la migración de unas aves para iniciar el viaje, que le llevará a recorrerse el universo. Así, va a visitar seis planetas, donde va a conocer a un personaje diferente: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, que van a demostrar que vacían son las personas, cuando se convierten en adultos. El geógrafo, por ejemplo, le recomienda que visite un planeta, la Tierra, donde va a conocer al aviador, que está perdido en el desierto.
La obra es vista como una serie de metáforas, que se deben saber interpretar, para poder entender cuál es el significado de la obra, incluso, una misma imagen puede ser interpretada, de diversas maneras, en distintos personales. Cada opinión es una verdad auténtica, eso sí, no hay una única manera de ver o de interpretar las “insinuaciones” que realiza el autor, ni nadie que pueda decir qué es lo que se debe ver cómo correcto o cómo se debe interpretar cada cosa.
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El Principito, un clásico de la literatura


El Principito se publicó el 6 de abril del año 1943. El relato corto más conocido del escritor y aviador francés Antoine de Saint- Exupéry. Como dato curioso, hay que decir que lo escribió cuando se estaba hospedando en un hotel, en la ciudad de Nueva York, y fue publicado, por primera vez, en los Estados Unidos. Hasta hoy, ha sido traducido a 108 lenguas o dialectos, convirtiéndose en una de las grandes obras de la literatura universal. Se pensó, en un primer momento, que era un libro infantil, por la manera en la que fue escrito y por que la historia parece simple. Pero, en realidad, estamos ante una complicada metáfora, que trata temas tan profundos e importantes, como son el sentido de la vida, el amor o la amistad. El argumento de la historia es: un aviado se encuentra perdido, en medio del desierto del Sahara, tras haber sufrido una avería en su avión. Entonces, conoce a un pequeño príncipe. A lo largo de las conversaciones que tiene con él, el narrador descubre su propia visión sobre lo que es la estupidez humana y como es de la simple sabiduría, de los más pequeños, que se pierde cuando van madurando y se hacen mayores. Las ilustraciones que encontramos en el relato son obra del propio escritor.
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martes, 6 de marzo de 2012

Los temas en “La invención de Morel”

“La invención de Morel”, la gran obra de Bioy Casares, posee una serie de temas que son recurrentes en la obra del escritor:
-La inmortalidad. Dentro de los límites que nos ofrece un relato, en sí, nos encontramos que la invención de Morel, en realidad, nos está describiendo lo que es la inmortalidad física. Tanto el personaje de Morel como el del Fugitivo prefieren este tipo de inmortalidad, antes que a la inmortalidad espiritual, ya que piensan que es la solución a cualquier tipo de problema.
-El amor y la soledad. Para el personaje del fugitivo la soledad es la representación de la muerte, mientras que el amor se encarga de representar a la vida. Lo deja muy claro, cuando dice la siguiente frase: “Ya no estoy muerto, estoy enamorado”. Se piensa que los sentimientos de Morel se parezcan. La muerte puede ser la representación de la soledad para él, por que pierde el contacto con las personas que él quiere, que ama, al ejecutarse un plan tiránico.
-El control. El fugitivo trabaja, de manera inútil, por volver a tomar el control sobre su vida, tras su injusta entrada en prisión. Cuando encuentra un lugar, que puede mantener bajo su control ( la isla) va a poner en peligro su propia vida, para poder llegar hasta ella. Pero, de manera desafortunada, la isla está bajo el control de Morel, en todos los sentidos, y el fugitivo va a tener que esforzarse, para nada. Su amor por Faustine va a ser su nueva fuente de esperanza; pero, en el mismo momento en el que se da cuenta de que ese amor es imposible, decide tirar la toalla y se ilusiona con la idea de que algún inventor, en el futuro, le pueda otorgar todo lo que no puede conseguir. Por otro lado, Morel es un personaje con todo el poder, que logra controlar todo aquello que está a su alrededor: cuando no logra el amor de la mujer que ama, crea una máquina, que va a colocarla bajo su control, lo que va a obligarla a pasar toda la eternidad a su lado.
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lunes, 5 de marzo de 2012

La invención de Morel (V)


Seguimos tratando a los personajes que conforman la novela de “La invención de Morel”, la más importante, sin duda, del escritor argentino Bioy Casares.
-La mujer vieja. Siempre está en compañía de Dora, que se piensa que es su pariente. Ella está borracha, la misma noche del discurso de Morel. A pesar de ello, el fugitivo piensa que ella puede ser el amor del que habla Morel, si es que no siente amor, en realidad, por alguna de las otras mujeres.
-Haynes. Él está dormido, cuando Morel da su discurso. Dora dice que está en la habitación del personaje de Faustine y no está segura de que lo puedan sacar de allí. Morel tendrá que hablar, sin que él esté presente.
-Stoever. Es uno de los que se percata que todos los presentes van a morir, cuando Morel está dando su discurso. Cuando decide increpar a Morel y éste se marcha de la habitación, el resto de los miembros del grupo no le permiten, que vaya detrás de él. Aunque termina calmándose, el fanatismo del grupo, a favor de Morel manda sobre su propio instinto de supervivencia.
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domingo, 4 de marzo de 2012

La invención de Morel (IV)


Seguimos tratando a los personajes de la novela “La invención de Morel”. Después de tratar a los personajes principales, le toca el turno a los personajes secundarios, como son:
-Dalmacio Ombrellieri. Es un vendedor de alfombras italiano, que reside en la ciudad de Calcuta. Es el encargado de contar al fugitivo todo sobre la existencia de dicha isla y le indica que debe hacer, para poder llegar hasta allí.
-Alec. Es un joven que es descrito con rasgos orientales y con unos característicos ojos verdes, que vive de hacer negocios con las lanas. Se piensa que podría ser el amante de Faustine o de Dora o, incluso, ser solamente su confidente. Como todos los miembros del grupo, ve a Morel como si fuera una figura mesiánica.
-Dora. Es una mujer, de pelo rubio, con una gran mentalidad, que es amiga de Faustine y de Alec. El fugitivo piensa que ella es la amate de Alec y no la propia Faustine. Piensa que ella puede ser el objeto de pasión de Morel cuando piensa que Morel no podría estar enamorado de la propia Faustine.
-Irene. Es una mujer, que se describe como alta, con unos largos brazos y con una expresión constante de disgusto. Ella no piensa que vaya a morir por estar expuesta a la máquina creada por el narrador. El fugitivo piensa que si Morel no está enamorado ni por Faustine ni por Dora, debe sentir amor por ella.
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sábado, 3 de marzo de 2012

La invención de Morel (III)


Continuamos tratando la obra más importante de Bioy Casares, “La invención de Morel”. Como hemos dicho, empezaran a pasar cosas extrañas, desde la óptica del propio narrador. Así, durante un día en la piscina, observa como los turistas, que se encuentran en su isla, dan saltitos para poder entrar en calor, cuando hay un calor, que se soporta con dificultad. Pero, el hecho más extraño de la novela es la presencia de dos soles y de dos lunas en el cielo. En dicha novela nos encontramos con una serie de personajes, entre los principales y los secundarios.
Entre los personajes principales, nos encontramos los siguientes:
- El fugitivo. Es el único personaje, que no forma parte de una grabación. No tiene nombre y tiene un papel de narrador- protagonista. Está en estado de paranoia y locura que se refleja en su diario, por lo que tendremos la posibilidad de que todo es fruto de una alucinación.
- Faustine. Es el personaje que más ambigüedad provoca, dentro de la novela. Se describe como si fuera una gitana, habla en lengua francesa y suele hablar de Canadá. El personaje parece estar inspirado en una gran estrella del cine de la época, Louise Brooks.
-Morel. Es un científico, que es descrito como todo un genio, que lleva a un grupo de snobs, de manera intencionada, hacia la muerte. El fugitivo lo odia, a causa de los celos, pero al final consigue justificar todas las acciones que lleva a cabo. Su nombre es un homenaje a un personaje de la obra “La isla del doctor Moreau”, con el que comparte analogía.
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viernes, 2 de marzo de 2012

La invención de Morel (II)


Seguimos hablando de una de las mejores novelas de la literatura argentina, que se escribió durante el siglo XX. Continuamos con la trama de la misma. La mujer, de la que se enamora el propio fugitivo, recibe la visita con frecuencia, de un hombre, que es un científico con barba. Sorprende el hecho de que entre los dos hablan en francés. Morel, al no saber su nombre, la llama Faustine. El fugitivo toma la decisión de contactar con ella, pero ella no reacciona cuando lo ve. Él piensa que ella ha tomado la decisión de ignorarlo, pero sus encuentros con el resto de los turistas es parecido. Nadie en la isla parece darse cuenta de que él está en la isla. Él explica en su novela que sus conversaciones con Faustine tienen lugar semana tras semana y empieza a tener miedo de caer en la locura. De la misma manera en que aparecen los turistas, también, desaparecen. El fugitivo vuelve al museo e investiga, pero no encuentra ninguna evidencia de que antes vivieran allí los turistas. Por esa razón, decide pensar que todo lo anterior ha sido fruto de una alucinación, a causa de un envenenamiento de su comida. Pero, esa misma noche, los turistas vuelven a aparecer, surgiendo de la nada; pero, hablan con él, como si llevaran allí cierto tiempo. Aunque los observa desde cerca, intenta no tener contacto directo con ellos y nota que pasan cosas extrañas, como, por ejemplo, que en el acuario hay copias idénticas de los peces muertos, que se habían encontrado el mismo día de su llegada.
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La invención de Morel


La invención de Morel es una de las grandes novelas argentinas, escritas durante el siglo XX. Fue publicada en 1940, de la mano del escritor Bioy Casares. Es su obra, tal vez, más importante, de todos los que él ha publicado. En el prólogo de dicha novela, el escritor explica que la trama no se parece “una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”.
La trama trata la historia de un fugitivo que inicia un diario, después de que unos turistas lleguen a la isla, donde él está escondido. Aunque él ve la llegada de los mismos como un milagro, el tiene miedo de que estos nuevos visitantes lo puedan atrapar y que lo entreguen a las autoridades. Por ello, decide refugiarse en los pantanos, cuando ellos ocupan el museo que se encuentra en la cima de la colina, que es el lugar dónde él vivía, hasta ese momento. A través de su diario, podemos descubrir como el fugitivo es, en realidad, un escritor venezolano, que ha sido sentenciado a cadena perpetua.
Él piensa que está en una isla imaginaria, a la que llama Villings, que pertenece a un archipiélago, que forma parte del archipiélago de las islas Ellice (donde está el actual Tuvalu), aunque no está al 100% seguro. Sólo sabe que en la isla hay una extraña enfermedad, cuyos síntomas se parecen mucho a un envenenamiento por radiación. Entre los turistas hay una mujer que observa el atardecer, cada día, desde el acantilado, que se encuentra al oeste de dicha isla. Él empieza a espiarla y acaba enamorándose de ella.
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Adolfo Bioy Casares o la Invención de Morel (IV)


“La invención de Morel” nos muestra otro hecho que Bioy compartia con su gran amigo: veían el amor como un género fantástico y, sobre todo, la exhumación de la trama de los relatos, sobre la parte descriptiva. Esto hizo que se fijara en el género policial, para poder crear sus obras. El mismo año que logró al mercado “La invención de Morel”, Bioy Casares, junto a Silvina Ocampo, llega a publicar su famosa Antología de la literatura fantástica. En palabras del autor, sobre esta antología: “Los compiladores de esta antología creíamos entonces que la novela, en nuestro país y en nuestra época, adolecía de una grave debilidad en la trama, porque los autores habían olvidado lo que podríamos llamar el propósito primordial de la profesión: contar cuentos. (...) Porque requeríamos contrincantes menos ridículos, acometimos contra las novelas psicológicas, a las que imputábamos deficiencia de rigor en la construcción. (...) Como panacea recomendábamos el cuento fantástico”. Para poder entender la literatura argentina, que se escribió durante el siglo XX, Bioy Casares es un escritor fundamental. Hay que recordar que estamos antes un autor que es completamente original, que logró influir y sufrió una gran influencia sobre su gran amigo. Por desgracia, su obra fue considerada de segunda, en muchas ocasiones, a favor de la obra de Jorge Luis Borges. Entre sus novelas más importantes tenemos: Plan de evasión (1945), El sueño de los héroes (1954), Dormir al sol (1973)...
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Adolfo Bioy Casares o la Invención de Morel (III)


Otro elemento muy importante, dentro de la obra de este gran escritor argentino, es el elemento erótico. La pasión amorosa es una pieza fundamental en sus escritos, eso sí, visto desde un punto de vista irónico, ya que el amor es visto no como algo sublime, sino como algo fatal. Las relaciones, en su obra, se presenta como algo parecido al mítico amor cortés, aunque las amadas son descritas como seres tenebrosos, que son superiores a los hombres. Se piensa que tiene que ver con el verdadero carácter del escritor, que era un hombre de un carácter muy enamoradizo, que hizo que tuviera muchas sombras. Incluso, Octavio Paz lo llegó a describir de esta manera: “El amor —en Bioy Casares— es una percepción privilegiada, la más total y lúcida, no sólo de la irrealidad del mundo, sino de la nuestra”. Aunque ya había publicado otras obras, la verdadera etapa dorada se inició en el año 1940, cuando publica su novela más importante, “La invención de Morel”. En ella trata la historia de un prófugo que logra escapar a una isla, que se piensa que está infectada por una enfermedad letal. Cuando se inicia su etapa en la misma, pierde todo el sentido con la realidad y se da cuenta de que en la isla viven personajes, que él mismo había creado con una máquina inventada por él. Dichas imágenes de los personajes, con acciones que se repiten una y otra vez, provoca que el prófugo termine casi loco. También, H.G. Wells llegó a hablar de esta novela: “En español, son infrecuentes y aún rarisimas las obras de imaginación razonada. (…) La invención de Morel (cuyo título alude filialmente a otro inventor isleño, a Moreau) traslada a nuestras tierras y a nuestro idioma un género nuevo. He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releido; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”.
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Adolfo Bioy Casares o la Invención de Morel (II)


En el año 1932, hubo un antes y un después en su vida, ya que Victoria Ocampo le presentó a Jorge Luis Borges, quien se convertirá en un gran amigo y con quien va a colaborar en varios relatos policiales, con diversos pseudónimos, entre los más famosos tenemos el de Honorio Bustos Domecq. Entre los numerosos premios que recibió, a lo largo de su carrera, nos encontramos con la membresía de la Legión de Honor francesa, en el año 1981; fue nombrado como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en el año 1986; el Premio Cervantes y el Premio Internacional Alfonso Reyes, en el año 1990 y el Premio Konex de Brillante, en 1994. Sus restos se pueden visitar en el Cementerio de la Recoleta. El mundo imaginario de este escritor estaba formado por fantasías y en acontecimientos, que no eran fáciles de explicar, aunque también solía aludir al ambiente intelectual de Buenos Aires. Su estilo era depurado y clásico y su literatura nos podía ofrecer una versión paródica del tradicional relato fantástico o policíaco, que se basa en observar lo irreal, eso sí, desde el enfoque de unas lentes humorísticas. Los elementos básicos de esta literatura son, primero, lo cómico y, después, los aterradores. Además, el carácter de los personajes que nos muestra es insensato e incompetente. Por todo esto, su narraciones son conocidas como “comedias fantásticas”.
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Adolfo Bioy Casares o la Invención de Morel


Adolfo Bioy Casares nació en Buenos Aires, el 15 de septiembre del año 1914 y falleció, en dicha ciudad, el 8 de marzo de 1999. Este famoso escritor argentino logró la fama gracias a sus obras de literatura fantástica, policial y de ciencia ficción, y que logró buena parte de su éxito gracias a su amistad con Jorge Luis Borges, con quién colaboró en diversas obras literarias, en algunas ocasiones. Pero, no debemos pensar que su obra es importante, por sí sola, por que sería cometer un error. Incluso, su gran amigo lo consideraba uno de los grandes, entre los escritores argentinos. También, logró el apoyo de la crítica, ya que consiguió, en el año 1990, el premio Miguel de Cervantes.
Bioy nació en la ciudad de Buenos Aires, dentro de una familia acomodada, gracias a lo cual se pudo dedicar a la literatura, sin tener que formar parte del medio literario que le rodeaba, en aquel momento. Con tan sólo 11 años de edad, escribió su primer relato, “Iris y Margarita”. Empezó las carreras de Derecho, Filosofía y Letras, pero no llegó a terminarlas, ya que se sintió muy decepcionado de todo lo que le rodeaba, en el ambiente universitario, se marchó a una residencia, propiedad de su familia donde, como no recibía visitas, pudo volcarse en la lectura, pasando horas y horas leyendo los grandes clásicos de la literatura universal. Con menos de 30 años, hablaba perfectamente el inglés, el francés y el español.
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Se cumplen 30 años de la muerte de Philip K. Dick (II)


Este escritor dijo frases como esta, tan sólo, cinco años antes de fallecer. "Muchas personas aseguran recordar sus vidas anteriores. Yo, por mi parte, afirmo que puedo recordar una vida presente distinta”. Dick llegó a publicar treinta y seis novelas, a lo largo de su vida y cinco colecciones de relatos. En el año 1962, recibió el premio Hugo a la mejor novela, por “El hombre en el castillo” y, en el año 1975, el premio John W. Campbell Memorial, por la que se considera su mejor novela, “Fluyan mis lágrimas, dijo el policía”. Este año, la editorial Minotauro ha decidido recuperar su extensa y su gran obra, por cumplirse 30 años, tras su muerte. Gracias a todos sus trabajos, llegó a perpetuar a lo largo del tiempo y del espacio, tras su muerte. Y, es que sus obras no envejecen gracias a su gran calidad literaria y la maravillosa capacidad de las tramas que relata. Además, gracias a que el cine se ha encargado de adaptar muchas de sus novelas y relatos, se ha convertido no sólo en un clásico de las letras, sino, también, un clásico del cine. Sorprende el hecho de que no fue, hasta el año 1982, cuando su novela “¿Sueñan los Androides con ovejas eléctricas?”, para convertirla en “Blade Runner”, de la mano de Ridley Scott, no llegó hasta el gran público. Y su relato, “Podemos recordarlo todo por usted” fue la fuente de inspiración de la película de 1990, “Desafío total”.
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Se cumplen 30 años de la muerte de Philip K. Dick


Philip K. Dick significó un antes y un después, dentro del mundo de la ciencia- ficción. Y, es que este escritor norteamericano, que se especializó en ciencia ficción, han sido la inspiración de grandes éxitos del cine, como pueden ser Blade Runner, Desafío Total o, incluso, Minority Report. Pero, ahora que se cumplen 30 años de su muerte, ya hay personas que, dejando a un lado las barreras de este género, lo ven como uno de los escritores básicos del siglo XX. Además, para muchas personas, Philip K. Dick ha sido una gran revelación. Dick nació en Chicago, el 16 de diciembre del año 1928; pero, vivió la mayor parte de su vida en California. Fue un escritor precoz y fue en el año 1952 cuando decidió que la literatura iba a ser su profesión. Uno de sus primeros trabajos, llegó a las tiendas en 1959, Tiempo desarticulado, que fue la obra que inspiró a la película protagonizada por Jim Carrey, “El show de Truman”. Ya, durante la década de los sesenta, la duda existencia provocó una nueva etapa en su vida, y su obra “¿qué es lo real?” le llevó a vivir una etapa de drogas y veía su talento como una pluma excéntrica. Desde ese momento, este escritor se convirtió en un apóstol del LSD, tanto, que es visto como un gurú de la contracultura de la época. Sus novelas, las obras que escribió en aquellos años, suelen girar alrededor de una fina frontera entre la revelación y la locura, llegando a convertirse en una especie de Biblia psicódelica, para los jóvenes de aquellos años.
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