miércoles, 28 de marzo de 2012

Lovecraft, el autor del terror (IV)


Lovecraft tenía un gran apoyo en su abuelo, que le alentaba, en todo momento, a la lectura, y esta era una de sus aficiones favoritas y no tardó mucho tiempo en descubrir la gran biblioteca de su abuelo. Entre los libros que descubrió, tenemos una versión de La Ilíada, para niños, el paganismo grecolatino y Las mil y una noches, cuando era un niño, aunque, también, sorprende que con 5 años de edad, se declaró ateo, convicción que mantuvo hasta los últimos días de su vida. Todo esto hizo que su imaginación se desarrollase, de una manera muy rápida, si se compara con el resto de los chicos, de su misma edad, lo que hizo que tuviera serios problemas, para poder adaptarse con otros niños, que eran de su misma edad. Cuando los niños querían jugar con espadas o con juegos que implicaban el físico, él prefería otro tipo de juegos, que eran más pausados e imaginativos, como podrían ser las representaciones históricas. Otro dato importante, que le marcó, a lo largo de su vida, fue que, a causa de su falta de perseverancia y de salud, no pudo ir al colegio, hasta que cumplió los ocho años de edad y sólo duró un año, en el colegio. Eso sí, durante las etapas de absentismo laboral, leía sin parar. Llegó a tener unos grandes conocimientos en química y astronomía, lo que hacía que pudiera escribir en algunas revistas, de tipo científico.
Foto: fuente

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