lunes, 12 de marzo de 2012

El Principito, un clásico de la literatura (II)


El Principito reside en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en que se encuentran tres volcanes -dos están en activo y uno no- y una rosa. Sus días pasan cuidando de su planeta y quitando los árboles baobab, que intentan echar raíces en esas tierras, de manera constante. Si estos árboles acabaran creciendo, el planeta acabaría partiéndose en pedazos. A causa de los reproches y de los reclamos que le causa la rosa, decide abandonar su planeta, para poder conocer otros mundos. Aprovechar la migración de unas aves para iniciar el viaje, que le llevará a recorrerse el universo. Así, va a visitar seis planetas, donde va a conocer a un personaje diferente: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, que van a demostrar que vacían son las personas, cuando se convierten en adultos. El geógrafo, por ejemplo, le recomienda que visite un planeta, la Tierra, donde va a conocer al aviador, que está perdido en el desierto.
La obra es vista como una serie de metáforas, que se deben saber interpretar, para poder entender cuál es el significado de la obra, incluso, una misma imagen puede ser interpretada, de diversas maneras, en distintos personales. Cada opinión es una verdad auténtica, eso sí, no hay una única manera de ver o de interpretar las “insinuaciones” que realiza el autor, ni nadie que pueda decir qué es lo que se debe ver cómo correcto o cómo se debe interpretar cada cosa.
Foto: fuente

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