Vargas
Llosa empezó a escribir la novela en el año 1958, en la ciudad de
Madrid, en su casa y en una tasca, que había en la calle Menéndez
Pelayo, que recibía el nombre de El Jute. Y, la terminó en una
buhardilla de París. El manuscrito estuvo, como una alma en pena, de
editorial en editorial, hasta que llegó a las manos de Carlos
Barral, el entonces director de Seix Barral, que lo presentó al
premio de Biblioteca Breve. Además, no se olvida las dificultades
que tuvieron, ante la dura censura del franquismo. Así, el escritor
estuvo en negociaciones con los censores, a lo largo de un año, que
terminó con la obligación, por parte del escritor, de cambiar ocho
hojas de contenido. Para poder llegar a escribir la novela, La ciudad
y los perros, el escritor se inspiró en Faulker, el novelista que
mas ha influido en la literatura moderna latinoamericana; además
descubrió que Flaubert era un escritor sin apenas talento, que logró
triunfar gracias a la perseverancia, terquedad y disciplina.
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