José
Carlos Somoza acaba de lanzar al mercado su undécima novela, que es
un claro homenaje a la tradición oral y, así, “Tetrammeron”, se
presenta como una metáfora del paso de la infancia a la madurez, que
se emplea, como hilo conductor, una serie de perturbadoras historias,
que son narradas por cuatro personajes, muy extraños. Según el
autor, en la novela ha logrado reflejar todas sus obsesiones. Y, es
que los cuentos que forman parte de Tetrammeron, nos van a permitir
rastrear toda la trayectoria literaria, anterior, del escritor. Así,
podríamos hablar de una especie de resumen, donde nos vamos a
encontrar con todos los temas y símbolos, de novelas como Clara y la
Penumbra o La Dama Número trece. En esta nueva novela, nos
encontramos que todo es simbología, desde el propio nombre de la
protagonista, Soledad, una niña que se siente invisible, en medio de
su familia, sus compañeras, sus maestras y que, durante una
excursión, se encuentra con cuatro personajes, llenos de misterio,
que van a contar historias, alrededor de una mesa. A través de la
escucha de estas perturbadoras narraciones, muchas de las cuáles
están llenas de horror, la joven va a ir dejando la infancia. En
ningún momento, no estamos hablando de una niñez pervertida, sino
del paso, de una manera simbólica, de la niñez a otro nivel.
“Tetrammeron
cuenta esa destrucción por la que todos pasamos para llegar al
sentido de lo que es el adulto, la madurez. Una transformación
siempre lleva
consigo una parte de pérdida de
las cosas que antes se tenían, de lo que se era", señala el
autor.
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