En el libro “Mientras
duermen los murciélagos” (de la editorial Planeta), Emilio Aragón
trata la historia de Juan Carlos Barrachina, el que fue el mejor
trapecista del mundo, que busca huir de la Alemania del III Reich, en
los estertores de la importante y dura II Guerra Mundial, y por esta
razón, decide servirse de un grupo de ancianos, “viejas glorias”,
que, de manera milagrosa, se ha salvado de un bombardeo sobre la Casa
del Artista, de la ciudad de Berlín. Barrachina fue desertor del
ejército de la República y que vive con el peso de haber tenido que
abandonar a su mejor amigo herido, al frente de la Guerra Civil de
España; pero, termina enamorándose de dicho grupo de anciano, que
van a formar parte de una compañía de circo, que está recorriendo
Alemania y Francia, en un autobús destartalado, mientras que son
perseguidos por la Gestapo, ya que tienen un misterioso sobre en su
poder. Sólo van a tener la ilusión para poder actuar, lo que les va
a dar una energía inusitada. Así, a través de esta historia,
Emilio Aragón logra evocar el esplendor del mundo del circo, y
aprovecha, la publicación de dicho título, para poder aplaudir el
apoyo que recibe dicha disciplina artística, por parte de los
poderes públicos en Francia. "El
circo se acabó;
ha cambiado mucho; no se le dan facilidades. Los ayuntamientos dan a
las compañías terrenos fuera de la ciudad, a los que no es fácil
llegar, y así no pueden levantar cabeza”, lamenta el artista.
Foto: fuente
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