Para
Fernando Delgado la radio es el medio que permite “un mayor
imaginario” para el oyente, por eso la eligió para poder ambientar
su novela, en la que invita al lector a hacer un ejercicio, tanto
moral, como ético, de intentar comprender la identidad propia y la
del otro. La novela busca ahondar en la comprensión del otro que nos
habita y que habita en los demás. El autor lamenta que, en muchas
ocasiones, las personas decidan apostar por radicalizar su discurso,
sin buscar la comprensión del otro. Delgado ha asegurado que cuando
decidió escribir la novela no pensó en ninguna persona, en
concreto, para poder crear los personajes, aunque ha reconocido que
algún lector puede llegar a asociar a algún personaje real. Para el
escritor, la sexualidad es una parte fundamental para poder explicar
al ser humano, y por eso tiene tanto que ver con sus caras, con la
libertad de las personas y con su imaginación. Y, recordó que la
verdad también se inventa. La novela es dura y se recomienda su
lectura en un momento determinado de la vida, ya que posee un fuerte
carácter provocador, progresista y muy sincero, lo que hace que sea
apta para lectores “inteligentes” y para un lector “que no
quiere ser pasivo”. Sin duda, una novela sobre la capacidad que
tenemos a la hora de fantasear sobre nosotros mismos y para entender
al otro, que habita en nuestro interior.
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