La
protagonista, Beth Lowe, tras recibir un paquete con una carta, se
entera de que su madre ha fallecido, y un álbum de fotografías que
su madre ha confeccionado, con las imágenes de los siete veranos que
su propia hija pasó con ella, en las tierras de Hungría, dónde ha
vivido, desde el momento en que se separa de su padre. Una
adolescencia, que el personaje de Beth, ha vivido entre los dos
países y dos maneras de ver la vida: la de su “arrebatadora aunque
imperfecta” madre húngara, que toma la decisión de volver a su
país y la de su padre inglés, que es mucho más reservado. La
nostalgia vive presenta a lo largo de toda la juventud de Beth porque
“sus veranos le duran todo el año, vive con sus recuerdos” y su
rechazo a los mismos, a partir de sus últimas vacaciones, hacen que
se convierta en una persona bastante triste. La autora, a través de
este libro, ha buscado homenajear a sus propios recuerdos de los
veranos, que ha pasado en Hungría, hacerlos “imborrables para que
no se lleguen a perder” y reconocer que le gusta tener melancolía.
"Es
la tragedia de la vida, que nunca podamos volver a vivir lo que
estamos viviendo", sostiene Hall para quien es necesario
reconciliarse con los propios recuerdos para "darle
sentido a tu vida, saber de dónde vienes y qué eres".
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