jueves, 16 de febrero de 2012

Jane Eyre (III)


Una noche, en la que vuelve a escuchar unas misteriosas risas, sale de su habitación, a tiempo para descubrir que en la habitación del señor Rochester hay un incendio y logra salvarle la vida. Y, él le pide que no se lo cuente a nadie. Así, Jane descubre que hay algo raro en la casa. Sin más, el señor Rochester abandona la casa y vuelve con un grupo de amigos, entre los cuales hay una chica que le gusta, la preciosa señorita Blanche Ingram. Todos estos hechos hacen que Jane acepte que se ha enamorado de su jefe, pero, también, es realista, ya que considera que no es lo suficientemente guapa, no pertenece al estrato social adecuado, ni el dinero suficiente, para que su jefe se enamore de ella. Una noche, Jane ayuda a su jefe, ante el enfado de uno de sus amigos, el señor Mason. Ella le cuida, ya que ha sido apuñalado y mordido por una chica, según una extraña conversación. A causa del amor que siente y su respeto hacia su jefe, Jane no es capaz de pedir explicaciones a su jefe, ante todo lo extraño que está viviendo. El cochero de Gateshead aparece para decirle a Jane que su primo John ha fallecido y que su tía Reed quiere verla, tras sufrir una apoplejía. Su tía no ha cambiado, a pesar de que ha visto la muerte de cerca. Sólo el sentimiento del remordimiento ha sido la causante de que quiera verle. Además, le reconoce que le mintió a su tío, que quería adoptarla.
Foto: fuente

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